Y alcanzar a correr el velo del tiempo
Esta impresión de tu rostro y extrañeza
Un horizonte insalvable, un océano cerrado
Todo rozado por las yemas de mis dedos
Por un instante.
Y retorno a este presente
Y sé de tu muerte
Y del silencio
Y de la ruina
Y el blanco
De ese mármol que oculta el fin de los días
Y el de todas las novelas de ciencia ficción
En las que siempre podíamos salir huyendo
A través de una máquina del tiempo.
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