Leamos aquellos libros
que tantas veces dejamos arrojados
entre ese tú y aquel yo.

Contemos la gravedad de los acentos
y la inseguridad permanente de las haches.

Quizá sea mejor así,
antes que el tiempo nos sonría
de carcajada definitiva
y el polvo, por fin,
oculte todos los vacíos,
la inmensidad en las estanterías.

---...poema publicado en el número 4 de la revista Amalgama...---

1 comentario:

  1. Las estanterías guardan más secretos de los que uno cree...

    Besos
    Marian

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